Un aborto espontáneo es una de las pérdidas en el embarazo más frecuentes y, al mismo tiempo, más estigmatizadas. Muchas personas afectadas se sienten culpables o solas, aunque desde el punto de vista médico no hayan hecho nada mal. Esta guía explica de forma clara qué es un aborto espontáneo, qué señales debe tomar en serio, qué opciones de tratamiento existen y cómo recuperar la salud física y emocional.
¿Qué es un aborto espontáneo?
El término aborto espontáneo se refiere a la pérdida del embarazo antes del momento en que el feto podría sobrevivir fuera del útero. En muchas guías esa frontera se sitúa entre la semana 20 y la 24 de gestación. Las pérdidas más tardías se consideran nacimientos sin vida (mortinato).
Las y los profesionales distinguen, entre otros:
- Aborto precoz: pérdida antes de la semana 12 de gestación
- Aborto tardío: pérdida aproximadamente entre la semana 12 y la 24
- Aborto completo o incompleto: según si queda o no tejido gestacional en el útero
- Aborto retenido: embrión o feto sin actividad cardiaca, sin que se produzcan sangrado o expulsión
Importante: la gran mayoría de los abortos espontáneos no están relacionados con la alimentación, el ejercicio o una situación puntual de estrés. La causa más frecuente son errores aleatorios en las primeras etapas del desarrollo, sobre los que la persona gestante no tiene control.
Cifras y frecuencia
Se estima que alrededor del 10 al 20 por ciento de los embarazos clínicamente detectados terminan en aborto espontáneo. Como muchas pérdidas muy tempranas ocurren antes de que se haga una prueba de embarazo, la tasa real probablemente sea mayor. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la pérdida gestacional afecta a millones de familias en todo el mundo cada año y, sin embargo, rara vez se aborda abiertamente.
El riesgo varía con la edad. En personas jóvenes el aborto espontáneo es menos frecuente; con la edad, especialmente a partir de mediados de los 30 años, la probabilidad aumenta. No obstante, muchas personas gestantes mayores de 35 años tienen embarazos sin complicaciones.
Causas y factores de riesgo
Tras un aborto espontáneo muchas personas se preguntan: ¿por qué nos pasó esto a nosotros? A menudo no es posible señalar una única causa. Con frecuencia intervienen varios factores. Entre los mecanismos y factores de riesgo más conocidos están:
- Cambios cromosómicos: en una gran parte de los abortos tempranos hay errores aleatorios en la segregación cromosómica. Suelen originarse ya en el óvulo o en el momento de la fecundación.
- Trastornos hormonales: enfermedades de la tiroides, diabetes mal controlada, insuficiencia del cuerpo lúteo o síndrome de ovario poliquístico (SOP) pueden afectar la implantación y el desarrollo temprano.
- Causas anatómicas: miomas, malformaciones uterinas, adherencias o insuficiencia cervical no detectada pueden aumentar el riesgo.
- Infecciones: por ejemplo vaginosis bacteriana o agentes como Listeria, Chlamydia o rubéola.
- Estilo de vida: tabaquismo, consumo elevado de alcohol, ciertas drogas, peso corporal muy bajo o muy alto y privación marcada de sueño.
- Edad de las personas progenitoras: a mayor edad materna aumenta el riesgo de anomalías genéticas; la edad paterna también puede influir.
- Trastornos de coagulación y autoinmunes: por ejemplo el síndrome antifosfolípido u otras alteraciones de la coagulación.
Es importante diferenciar entre factores modificables y no modificables. Nadie puede cambiar su edad ni ciertos errores genéticos aleatorios. Al mismo tiempo conviene investigar causas tratables, sobre todo cuando se repiten los abortos.
Señales de advertencia y diagnóstico
No todo sangrado indica necesariamente un aborto espontáneo, pero cualquier síntoma llamativo debe tomarse en serio. Es importante buscar atención médica inmediata si aparece alguno de los siguientes signos:
- Sangrado vaginal, desde manchas hasta hemorragias más intensas con sangre fresca o expulsión de tejido
- Dolores tipo calambre en la parte baja del abdomen o en la zona lumbar
- Mareo intenso, problemas circulatorios o sensación de desmayo inminente
- Desaparición súbita de síntomas de embarazo que antes eran muy marcados
- Fiebre, escalofríos o flujo con mal olor
El diagnóstico suele hacerse mediante una combinación de ecografía y análisis de sangre. En la ecografía se valora, entre otras cosas, la actividad cardíaca, el tamaño de la bolsa gestacional y del embrión y la localización. Mediciones repetidas de la hormona del embarazo hCG ayudan a seguir la evolución. Servicios de salud como el NHS (Reino Unido) recomiendan que cualquier sangrado en el embarazo se evalúe médicamente.
Cómo reducir el riesgo: qué puede hacer usted
No todos los abortos espontáneos se pueden evitar. Muchos ocurrirían aun en condiciones ideales. Aun así hay medidas que reducen el riesgo y mejoran la salud durante el embarazo:
- Buena preparación: tomar ácido fólico, revisar el estado de vacunación y controlar enfermedades crónicas antes del embarazo.
- Peso y alimentación: un índice de masa corporal adecuado y una dieta mediterránea, mayoritariamente basada en plantas, favorecen el equilibrio hormonal y la circulación.
- Evitar tabaco y alcohol: lo ideal es abstenerse desde la fase de búsqueda de embarazo.
- Revisar medicamentos: comprobar la compatibilidad de fármacos de uso habitual con el embarazo.
- Reducir el estrés: el estrés persistente puede aumentar factores de riesgo. Pausas, buena higiene del sueño y técnicas de relajación ayudan a aliviar el sistema nervioso.
Si ya ha tenido un aborto espontáneo, su ginecólogo/a o un centro de reproducción asistida pueden valorar si, por ejemplo, un tamizaje tiroideo, pruebas de coagulación u otras exploraciones son recomendables. Sociedades científicas internacionales como la ESHRE publican recomendaciones actualizadas sobre este tema.
Tratamiento y seguimiento médico
La elección del tratamiento depende de la semana de gestación, de los síntomas y del resultado de la ecografía. El manual de la OMS sobre atención de calidad en abortos y manejo de pérdidas gestacionales describe tres estrategias básicas:
- Expectante: el cuerpo expulsa el tejido de forma espontánea. Esto puede tardar desde varios días hasta pocas semanas y requiere controles médicos.
- Tratamiento médico: medicamentos como misoprostol, a veces combinados con mifepristona, aceleran la expulsión del tejido gestacional.
- Procedimiento quirúrgico: legrado por succión o aspiración al vacío manual, especialmente en casos de hemorragia intensa, signos de infección o tejido residual.
Tras un aborto espontáneo son importantes controles para confirmar que el útero está completamente limpio y que no hay infección. En personas con Rh negativo, por lo general se recomienda profilaxis con inmunoglobulina anti-D para evitar complicaciones en embarazos futuros.
Guías clínicas nacionales e internacionales, por ejemplo las publicadas por instituciones como la Secretaría de Salud o el IMSS, ofrecen recomendaciones basadas en la evidencia sobre la atención en estos casos.
Planear la siguiente gestación
Físicamente, un nuevo embarazo es a menudo posible antes de lo que muchas personas piensan. Con frecuencia se recomienda esperar al menos un ciclo menstrual natural antes de intentar una nueva concepción. Tras intervenciones quirúrgicas o complicaciones puede ser conveniente un intervalo un poco mayor para que el revestimiento uterino se recupere por completo.
Igualmente importante es el aspecto emocional. Algunas personas se sienten pronto listas para intentar de nuevo; otras necesitan más tiempo. Una consulta de control con el o la especialista ayuda a entender los hallazgos, resolver dudas y decidir conjuntamente si son necesarias pruebas genéticas u hormonales adicionales.
Salud mental y apoyo
Un aborto espontáneo no es solo un hecho médico, sino también una despedida de una expectativa de futuro. Tristeza, rabia, miedo o sentimientos de culpabilidad son reacciones normales. La OMS, en su análisis sobre la pérdida gestacional, pide romper la vergüenza y el silencio y ofrece acompañamiento respetuoso y continuado a las personas afectadas.
- Psicoterapia y orientación: el acompañamiento en el duelo o enfoques de terapia cognitivo-conductual ayudan a integrar la pérdida.
- Grupos de apoyo y comunidades en línea: compartir con personas en situaciones similares reduce la sensación de aislamiento.
- Conversaciones en pareja y familia: las reacciones al duelo son distintas y la comunicación abierta ayuda a evitar malentendidos.
- Rituales y despedida: ceremonias conmemorativas, cartas o recuerdos pueden ayudar a dar un lugar a la persona perdida.
Puede recibir apoyo, por ejemplo, en consultorios ginecológicos, parteras, servicios de asesoramiento psicosocial sobre embarazo o en equipos especializados en duelo. Muchos de estos servicios son gratuitos o están cubiertos por instituciones como el IMSS o por seguros de salud.
Perspectivas 2025: investigación e innovación
A nivel mundial se investiga intensamente para comprender mejor los riesgos de aborto espontáneo y apoyar de forma más específica a las parejas afectadas. Algunas áreas clave son:
- Mejor diagnóstico genético: análisis menos invasivos del embrión y del tejido gestacional ayudan a clasificar con mayor precisión las causas cromosómicas.
- Investigación del microbioma: estudios analizan cómo la flora bacteriana del tracto genital puede influir en inflamación, implantación y los primeros meses del embarazo.
- Herramientas digitales e inteligencia artificial: aplicaciones y algoritmos podrían ayudar a identificar perfiles de riesgo individuales y derivar antes a centros especializados.
A pesar de los avances tecnológicos, sigue siendo esencial que la calidad médica vaya acompañada de comunicación empática y de un apoyo psicosocial fiable.
Cuándo debe buscar atención médica de inmediato
Acuda de inmediato a urgencias o llame a los servicios de emergencia si se cumple alguno de los siguientes puntos:
- Hemorragia muy intensa, por ejemplo si las compresas o protectores se empapan por completo cada hora durante varias horas
- Dolor intenso y persistente en la parte baja del abdomen o en el hombro
- Mareo severo, pérdida de conciencia o sensación de desvanecerse
- Fiebre, escalofríos o flujo con mal olor tras una sospecha o confirmación de aborto espontáneo
También ante sangrados leves, dudas o preocupaciones emocionales es recomendable consultar pronto. Los puntos de contacto incluyen consultorios ginecológicos, clínicas de embarazo temprano, parteras o el servicio de guardia médica.
Conclusión
Un aborto espontáneo es una pérdida profunda que afecta física y emocionalmente, aunque sea un hecho frecuente. Nadie tiene la culpa de que un embarazo no continúe. La información clara, una atención médica segura y el respeto por las emociones ayudan a afrontar este momento. Muchas parejas logran en el futuro un embarazo saludable, con tiempo, apoyo y un acompañamiento adaptado a su situación.

