Introducción
Tienes un deseo claro de tener hijos y estás considerando si un donante conocido es el camino adecuado para ti. Quizá piensas en un amigo cercano, en una persona de tu comunidad o en alguien que conociste a través de una app como RattleStork. La gran pregunta no es solo a quién te gustaría como donante, sino también: ¿cómo le pido a alguien que sea mi donante de esperma sin presionarlo ni poner en riesgo la relación? Esta guía te ayuda a prepararte internamente, estructurar bien la conversación y llegar en conjunto a una decisión que resulte adecuada para todas las personas involucradas.
Donante conocido: oportunidades y riesgos
Elegir a un donante conocido o privado, en lugar de una clínica de banco de esperma, tiene ventajas claras. Conoces a la persona: su carácter, su manera de relacionarse y, con frecuencia, parte de su historial familiar. Para tu hijo puede ser más fácil en el futuro rastrear quién es su padre biológico, y pueden hablar abiertamente sobre el origen, la donación y la historia familiar.
Al mismo tiempo existen riesgos que en momentos emocionales suelen subestimarse. Si no hablan con claridad sobre expectativas, deseos de contacto, el papel del donante y la posibilidad de co-parentalidad, pueden surgir conflictos más adelante. Organismos reguladores (por ejemplo, HFEA) y sociedades nacionales de fertilidad enfatizan la importancia de acuerdos claros, exámenes médicos y asesoría cuando se utiliza semen de donante.
En muchos países se considera que quien dona en un centro de fertilidad autorizado no es, por lo general, el padre legal y no tiene obligaciones de manutención. En las clínicas se organizan los cribados, la documentación y la asesoría. En donaciones estrictamente privadas o informales la situación legal puede ser muy distinta, sobre todo si más adelante hay disputas sobre manutención, custodia o visitas. Páginas oficiales de información, por ejemplo de servicios de salud nacionales (p. ej. NHS) o de sociedades de fertilidad, explican cómo funciona el tratamiento con donantes regulados y qué roles se contemplan.
Antes de la conversación: claridad personal
Antes de pedirle a alguien que sea tu donante, vale la pena hacer un chequeo honesto de tus propias ideas. Muchas personas tropiezan menos con la pregunta en sí que con no saber claramente qué es lo que buscan.
Preguntas que te ayudan a aclarar tu posición:
- ¿Quiero un donante conocido, un donante de clínica o estoy abierta a ambas opciones?
- ¿Busco un donante que solo aporte esperma o estoy interesada en co-parentalidad con responsabilidades compartidas?
- ¿Cuánto contacto deseo que tenga mi hijo con el donante: fotos, actualizaciones ocasionales o encuentros regulares?
- ¿Qué escenarios serían para mí un claro no, por ejemplo que el donante quiera luego tener mucha más influencia de la acordada?
- Si estoy en pareja: ¿qué papel debe tener mi pareja y cómo lo vemos como pareja respecto a un donante conocido?
Cuanto más claras tengas estas cuestiones, más fácil será encontrar las palabras adecuadas. No solo estarás preguntando si alguien quiere ser donante, sino que podrás explicar qué entiendes por donación, rol y responsabilidades.
Cómo acercarte a alguien
Pedirle a alguien que sea donante de esperma es, para muchas personas, la petición más íntima que pueden hacer. Conviene planear la conversación en lugar de mencionarlo de pasada en un mensaje o en una reunión grande.
Buenos marcos para la conversación pueden ser:
- un lugar tranquilo y de confianza donde no haya interrupciones
- tiempo suficiente para que nadie tenga que salir corriendo a otra cita
- un inicio claro que señale que se trata de algo importante
- desde el principio dejar claro que un no en cualquier momento está bien y que se respetará la relación
Puedes estructurar la conversación, por ejemplo, así:
- Hablar en términos generales sobre tu deseo de tener hijos y las diferentes vías, como banco de semen, donante conocido o co-parentalidad.
- Explicar por qué consideras a un donante conocido y qué te parece importante de esa opción.
- Pedir a la persona que considere si, en términos generales, podría imaginarse ser donante, sin exigir una decisión inmediata.
- Solo si hay interés general, hablar sobre rol, límites, salud y aspectos legales.
- Ofrecer explícitamente tiempo para pensar y decir claramente que un no es tan valioso como un sí.
Así la donación queda como una decisión libre y responsable para todas las partes, y no como una prueba de lealtad para la amistad o la relación.
Guía de conversación y preguntas de ejemplo
Mucha gente sabe qué quiere decir en el fondo, pero le cuesta encontrar las palabras. Un pequeño repertorio de frases y preguntas puede ayudar a estructurar la charla sin necesidad de memorizarla. Adapta las frases y preguntas a tu situación.

Posibles inicios para abrir el tema de la donación:
- Quisiera hablar contigo de algo muy personal porque confío en ti y tu opinión me importa.
- Hace tiempo que tengo un deseo fuerte de ser madre y estoy explorando diferentes caminos, como banco de semen o un donante conocido.
- Eres alguien que valoro mucho a nivel personal, por eso me preguntaba si podría hablar contigo abiertamente sobre la posibilidad de una donación.
Si la persona muestra apertura, puedes concretar más:
- Estoy pensando si un donante conocido sería lo adecuado para mí y me pregunto si tú podrías imaginarte ese papel en términos generales.
- Me importa que no te sientas presionado; un no estaría tan bien como un sí —quiero ser honesta sobre dónde estoy.
- Si quieres, puedes pensarlo con calma y lo hablamos de nuevo en unos días.
Si la persona lo considera en serio, pueden avanzar hacia un intercambio más profundo. Las siguientes preguntas sirven para preguntar directamente o como guía para la conversación:
- ¿Cómo te imaginas tu papel si decidieras ser donante: sin contacto, con actualizaciones ocasionales o con una presencia visible en la vida del niño?
- ¿Qué tan cómodo te sientes con la idea de ser padre biológico sin asumir la paternidad cotidiana?
- ¿Qué planes de vida tienes para los próximos años, por ejemplo mudanzas, estancias en el extranjero o tener tus propios hijos, y cómo encajaría la donación en eso?
- ¿Qué opinas sobre realizar pruebas médicas y, si procede, un espermiograma antes de iniciar la donación?
- ¿Hay enfermedades en tu familia, como problemas cardiovasculares, diabetes o ciertos tipos de cáncer?
- ¿Qué sería para ti un límite inaceptable en esta situación, por ejemplo demandas de contacto o decisiones educativas específicas?
- ¿Cómo explicarías a futuras parejas que fuiste donante y que existe un hijo con vínculo biológico contigo?
- ¿Cómo te gustaría que nuestro hijo se enterara en el futuro de que tú fuiste el donante y qué papel quisieras tener en esa explicación?
No es necesario aclarar todo en una sola conversación. Lo importante es que ambos sientan que se pueden decir las cosas: entusiasmo, dudas, miedos y también un claro no.
Rol, límites y expectativas
Si alguien considera seriamente ser tu donante, empieza la parte que sostendrá su relación en el largo plazo: nombrar expectativas, rol y límites. Los centros de fertilidad plasman estos puntos por escrito para que, más adelante, todos sepan a qué atenerse. Con un donante conocido conviene hacer lo mismo.
Temas que deberían tratar concretamente:
- modelo familiar previsto, por ejemplo madre soltera, pareja o co-parentalidad con tareas compartidas
- rol tras el nacimiento, por ejemplo sin contacto directo, fotos y mensajes ocasionales o encuentros regulares
- cómo planean explicar al niño en el futuro la donación y su origen
- cómo manejarán nuevas parejas de ambas partes y cuál será su rol en la red familiar
- qué ocurre si cambian significativamente los deseos o las circunstancias de alguna de las partes
Es conveniente anotar los puntos importantes y plasmarlos en un acuerdo claro y sereno. Los acuerdos privados no reemplazan el asesoramiento legal, pero aumentan la transparencia. Información especializada sobre derechos y obligaciones de donantes en clínicas reguladas está disponible, por ejemplo, en fuentes gubernamentales y en organismos de fertilidad; la HFEA también explica cómo se realiza la donación en centros autorizados y qué roles legales se contemplan.
Salud, pruebas y aspectos legales básicos
La salud y los marcos legales son imprescindibles cuando le preguntas a alguien si quiere ser tu donante. No se trata de desconfianza, sino de responsabilidad hacia ti, tu futuro hijo y el propio donante.
Desde el punto de vista médico conviene abordar al menos los siguientes puntos:
- pruebas actuales de VIH, sífilis, hepatitis B y C, clamidia y gonorrea
- posibles pruebas genéticas si hay enfermedades hereditarias conocidas o múltiples casos de cáncer en la familia del donante
- una valoración médica de la fertilidad, por ejemplo mediante un espermiograma
Las clínicas reguladas trabajan con cribados estandarizados y registran toda la información relevante. Las páginas informativas sobre el uso de semen de donante en clínicas, como las de sociedades de fertilidad, muestran qué exámenes y asesorías son estándar. Aunque optes por un donante conocido, puedes orientarte por esos estándares.
Legalmente es crucial saber si la concepción se hará a través de una clínica autorizada o de forma totalmente privada y cómo se define la filiación en cada país. En sistemas regulados los donantes normalmente no son los progenitores legales. En donaciones privadas la situación puede ser mucho más compleja, sobre todo si luego hay disputas sobre manutención, custodia o visitas. Una breve consulta con un especialista o un abogado ayuda a entender la situación en tu país antes de que alguien diga sí definitivamente.
Señales de alerta y plan B
Un sí rotundo tiene mucho valor, y un no honesto también. Más allá de las dudas normales, hay señales de alerta a las que debes prestar atención cuando planteas la posibilidad de un donante.
Posibles señales de alarma:
- la persona parece abrumada pero acepta por sentimiento de culpa
- plantea exigencias o contraprestaciones que a ti no te parecen adecuadas
- rechaza las pruebas médicas o minimiza los riesgos para la salud
- quiere mucho más contacto o influencia de la que tú podrías aceptar
- relativiza tus límites o intenta presionarte hacia una forma concreta de concepción
Si observas una o varias de estas señales, es más prudente dar un paso atrás. Tu deseo de tener hijos sigue siendo importante, pero no a costa de tu seguridad, claridad o estabilidad emocional. El plan B puede ser otro donante conocido, recurrir a un banco de semen a través de una clínica de fertilidad o tomarse tiempo para ordenar las opciones con apoyo profesional.
Apps como RattleStork pueden ayudarte a conocer de forma estructurada a donantes privados, parejas para co-parentalidad y otras personas con deseos similares, comparar perfiles y dejar claras tus fronteras desde el inicio. No sustituyen el asesoramiento profesional, pero suelen facilitar el primer paso.
Cuándo conviene asesoría o acudir a una clínica
Cuanto más compleja sea tu situación, más útil es el apoyo profesional. Una asesoría psicosocial puede ayudarte a ordenar sentimientos, expectativas y miedos relacionados con la donación y la co-parentalidad. Una consulta médica en una clínica de fertilidad te explicará las opciones de tratamiento, las tasas de éxito realistas y cómo se puede usar el semen de donante en la práctica.
Es especialmente recomendable buscar apoyo adicional si no hay consenso con tu pareja, si hay antecedentes familiares complicados, riesgos de salud conocidos o si ya has tenido varios intentos sin éxito. Grandes servicios de salud y centros especializados explican cómo se utiliza el semen de donante en procedimientos como la IUI o la FIV y cómo son los procesos en centros autorizados (p. ej. NHS).
Conclusión
Preguntarle a alguien si puede ser tu donante de esperma es una petición importante, pero no tiene por qué ser un tabú: si conoces tus expectativas, te comunicas con honestidad, atiendes lo médico y lo legal y dejas espacio para un sí o un no reales, esa difícil pregunta puede convertirse en una conversación de igual a igual que te ayuda a encontrar el camino adecuado para ti, tu futuro hijo y todas las personas implicadas.

