Ciclos irregulares, acné persistente, aumento del vello corporal, aumento de peso y un deseo de tener hijos que no llega a materializarse: todo ello puede deberse al síndrome de ovario poliquístico (SOP). Es una de las alteraciones hormonales más frecuentes en la edad reproductiva y una de las principales causas de problemas de ciclo y de infertilidad anovulatoria. Esta guía explica de forma comprensible qué es el SOP, cómo reconocer los signos típicos, cómo se establece el diagnóstico según las guías actuales y qué componentes del tratamiento se consideran útiles hoy en día.
¿Qué es el SOP? Más que «quistes en los ovarios»
El SOP no es un único síntoma, sino un síndrome. Describe un patrón recurrente de particularidades hormonales y metabólicas que puede manifestarse de forma distinta en cada persona. Es típico una combinación de:
- aumento de andrógenos como la testosterona o signos visibles de exceso de andrógenos como hirsutismo y acné
- alteraciones de la ovulación y del ciclo con menstruaciones escasas o ausentes
- numerosos folículos pequeños e inmaduros en los ovarios, que en la ecografía pueden parecer quistes
Es importante aclarar: estos folículos no suelen ser «quistes» reales, sino folículos en desarrollo que no maduran hasta la ovulación. El SOP es, por tanto, una disfunción crónica de la regulación hormonal y del metabolismo, pero no un daño irreversible de los ovarios.
¿Con qué frecuencia aparece el SOP en el mundo?
Grandes revisiones y organizaciones internacionales estiman que entre un 8 y un 13 % de las personas con ovarios en edad reproductiva cumplen criterios de SOP, según la definición y la población estudiada. Muchas personas son diagnosticadas tarde porque las irregularidades del ciclo, el acné o el vello corporal suelen considerarse «normales» o porque la atención se centra solo en la anticoncepción.
Los folletos informativos actuales de la Organización Mundial de la Salud, por ejemplo el artículo sobre el SOP de la OMS, y las guías internacionales subrayan que el SOP no solo afecta a la fertilidad, sino a todo el organismo: desde el azúcar en sangre y la presión arterial hasta los riesgos cardiovasculares y la salud mental.
Síntomas típicos del SOP: detectarlos pronto
El SOP suele manifestarse en la pubertad tardía o en la adultez joven, aunque a veces solo se evidencia cuando hay dificultades para concebir. Los síntomas frecuentes del SOP son:
- menstruaciones irregulares, ciclos superiores a 35 días o ausencia de sangrado
- menstruaciones muy abundantes o muy escasas sin causa aparente
- aumento de vello en la cara, barbilla, pecho, abdomen o espalda
- acné persistente o piel muy grasa después de la adolescencia
- adelgazamiento del cabello o pérdida de cabello en la frente o la coronilla
- aumento de peso, sobre todo central en el abdomen, a menudo pese a no haber cambios en la dieta
- cansancio, antojos y grandes variaciones diarias de energía
- dificultades para quedarse embarazada porque la ovulación no se produce o es imprevisible
Nadie presenta todos los rasgos. Incluso un solo indicio, como ciclos que regularmente duran más de 35 días o un hirsutismo claramente marcado, es motivo suficiente para hablar con tu médico sobre el SOP.
Causas y mecanismos — por qué aparece el SOP
La causa exacta del SOP no está completamente aclarada. Las investigaciones apuntan a una interacción de predisposición genética, circuitos hormonales y factores ambientales. Estudios describen el síndrome como un conjunto de síntomas centrados en un núcleo hormonal de exceso de andrógenos e insulinorresistencia.
- Predisposición genética: el SOP se da con mayor frecuencia en algunas familias. Los parientes de primer grado tienen un riesgo más alto de presentar rasgos típicos del SOP.
- Resistencia a la insulina: muchas personas afectadas tienen una menor sensibilidad a la insulina. El organismo produce más insulina, lo que estimula la producción de andrógenos en los ovarios y altera la maduración de los óvulos.
- Peso y composición corporal: el sobrepeso puede agravar una resistencia a la insulina ya presente, pero no es una condición necesaria. Existen muchas personas delgadas con SOP.
- Entorno y estilo de vida: la alimentación, el estrés, el sueño y la actividad física modulan la expresión de la predisposición genética, pero no explican el SOP por sí solos.
Una idea clave: el SOP no es un «castigo» por decisiones equivocadas, sino una predisposición biológica cuyos efectos puedes influir con las palancas adecuadas.
Diagnóstico según las guías: criterios de Rotterdam y más
El SOP es un diagnóstico por exclusión. Antes de confirmarlo, las y los médicos deben descartar que otras enfermedades expliquen los síntomas, por ejemplo alteraciones tiroideas, niveles elevados de prolactina o causas genéticas poco frecuentes. Solo cuando se descartan estas alternativas se considera el diagnóstico de SOP.
Muchas sociedades científicas siguen tres criterios principales, conocidos habitualmente como criterios de Rotterdam:
- ovulación poco frecuente o ausente con menstruaciones irregulares o faltantes
- signos clínicos de exceso de andrógenos como hirsutismo o acné, o niveles elevados de andrógenos en sangre
- ovarios poliquísticos en ecografía con muchos folículos pequeños
Por lo general, deben darse al menos dos de estos tres rasgos para considerar el diagnóstico de SOP. Una gran guía internacional basada en la evidencia, accesible a través de sociedades científicas como el Royal College of Obstetricians and Gynaecologists, resume estos criterios y los caminos diagnósticos concretos, y subraya la importancia de una conversación informativa y compartida con las personas afectadas.
También portales de salud pública como el Servicio Nacional de Salud británico NHS y organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud explican en lenguaje accesible cómo se realiza el diagnóstico y qué consejos prácticos pueden ayudar en el día a día.
En adolescentes hay particularidades: los síntomas de la pubertad como el acné y las irregularidades del ciclo son frecuentes incluso sin SOP. Las guías recomiendan ser cautelosos al diagnosticar y, cuando sea razonable, observar la evolución antes de etiquetar prematuramente a una persona.
Riesgos a largo plazo — el SOP afecta a todo el cuerpo
El SOP no es solo una cuestión de fertilidad. Sin un manejo adecuado, puede aumentar el riesgo de diversas enfermedades físicas:
- alteración de la tolerancia a la glucosa, prediabetes y diabetes tipo 2
- hipertensión, lípidos alterados y síndrome metabólico
- enfermedades cardiovasculares en etapas posteriores de la vida
- apnea del sueño, especialmente en personas con mayor peso
- engrosamiento del endometrio con mayor riesgo de cáncer de endometrio si las menstruaciones son muy infrecuentes o inexistentes
- complicaciones en el embarazo, como diabetes gestacional o hipertensión
Por ello, las guías internacionales recomiendan controles periódicos de la presión arterial, la glucemia, los lípidos y el peso, independientemente de que haya o no deseo de tener hijos en ese momento. Una revisión de sociedades endocrinológicas destaca la importancia de considerar el SOP como un factor de salud a largo plazo, no solo como un problema de los veinte o treinta años.
Alimentación y ejercicio — la base de todo tratamiento del SOP
El estilo de vida es la primera recomendación de casi todas las guías sobre el SOP. No sustituye una terapia médica cuando esta es necesaria, pero potencia claramente su efecto. Incluso una pérdida de peso moderada y sostenida del cinco al diez por ciento puede mejorar de forma significativa el ciclo, la regulación hormonal y el metabolismo en personas con sobrepeso.
- Alimentación favorable a la glucemia: abundante verdura, legumbres, cereales integrales, frutos secos y grasas de calidad estabilizan la glucemia y la insulina. Las bebidas azucaradas, los dulces y los snacks muy procesados deben ser excepciones.
- Ejercicio regular: se recomiendan al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana, más una o dos sesiones de entrenamiento de fuerza. Esto mejora la sensibilidad a la insulina independientemente del peso y ejerce un efecto positivo sobre el estado de ánimo y el sueño.
- Rutinas estables: dormir lo suficiente, mantener horarios regulares de comida y aplicar estrategias para reducir el estrés ayudan a mitigar las oscilaciones hormonales.
- Complementos: sustancias como el mio-inositol o el D-chiro-inositol se investigan intensamente. Información de instituciones como el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) muestra que en algunas personas estos compuestos pueden apoyar el ciclo y el metabolismo, pero siempre deben integrarse en un enfoque global.
Lo más importante no es el protocolo perfecto, sino que el plan encaje con tu vida. Dietas extremas, soluciones rápidas y prohibiciones rara vez aportan beneficios duraderos y pueden aumentar los atracones, las fluctuaciones de peso y la frustración.
Tratamiento farmacológico — qué opciones existen
Qué medicamentos son adecuados depende de tus objetivos, tus analíticas y tu etapa vital. Las guías modernas recomiendan un enfoque escalonado en el que participes activamente en las decisiones.
- Anticoncepción hormonal: píldoras combinadas, parches hormonales o anillos vaginales pueden regular el ciclo y las menstruaciones, reducir el dolor menstrual y mejorar el acné o el hirsutismo. Son una opción especialmente adecuada cuando no hay deseo de embarazo en ese momento.
- Metformina: este fármaco mejora la sensibilidad a la insulina y se utiliza con frecuencia en caso de resistencia a la insulina, prediabetes o riesgo elevado de diabetes. Puede tener efectos positivos sobre el peso, la glucemia, los niveles de andrógenos y el ciclo.
- Antiandrógenos: fármacos como la espironolactona o ciertos progestágenos pueden reducir el exceso de vello y el acné. Siempre deben usarse junto con un método anticonceptivo fiable, porque pueden ser perjudiciales para un feto en desarrollo.
- Inducción de la ovulación: ante deseo de embarazo, las guías internacionales recomiendan frecuentemente letrozol como primera opción para provocar la ovulación. El clomifeno es una alternativa que cada vez se utiliza menos frente a letrozol.
- Gonadotropinas: las inyecciones hormonales se emplean cuando los tratamientos orales no son suficientes. Requieren controles ecográficos estrechos para evitar la hiperestimulación ovárica y los embarazos múltiples.
- Control del peso con fármacos: en algunos países se utilizan medicaciones para reducir el peso en personas con obesidad severa, lo que puede mejorar el metabolismo. Su uso debe ser siempre individualizado y basado en la evidencia, en equipos especializados.
Resúmenes comprensibles para pacientes sobre diagnóstico y tratamiento están disponibles, por ejemplo, en la información para pacientes de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM) y en las páginas sobre SOP del NICHD, donde se explican con detalle el estilo de vida, los medicamentos y las opciones de fertilidad.
SOP y deseo de tener hijos — proceder de forma sistemática
1. Optimizar las bases
Antes de cualquier tratamiento de fertilidad merece la pena revisar los aspectos básicos. Una alimentación favorable a la glucemia, la pérdida de peso en caso de sobrepeso, dejar de fumar, consumo moderado de alcohol y más actividad física mejoran la tasa de ovulación espontánea y las posibilidades de éxito de cualquier tratamiento posterior.
2. Detectar la ovulación
Muchas personas con SOP ovulan de forma irregular o no ovulan. El seguimiento del ciclo mediante curvas de temperatura, tests de ovulación, observación del moco cervical y, si procede, ecografías ayuda a acotar los períodos de ovulación. Paralelamente hay que valorar otros factores como la calidad del semen y la permeabilidad de las trompas.
3. Inducción de la ovulación y inseminación
Si no se producen ovulaciones espontáneas, se utilizan letrozol o clomifeno para estimular la maduración ovocitaria. Según la situación, puede ser útil una inseminación intrauterina, en la que espermatozoides procesados se introducen directamente en el útero.
4. FIV e ICSI
Si después de la inducción de la ovulación no se consigue embarazo o existen otros factores, se consideran técnicas como la fecundación in vitro (FIV) o la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). Las personas con SOP tienen un riesgo aumentado de síndrome de hiperestimulación ovárica, por lo que los planes de estimulación y el momento de la ovulación deben planificarse con cuidado.
5. Información de fuentes fiables
El Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) ofrece recursos específicos sobre SOP y fertilidad, con explicaciones detalladas sobre la estimulación hormonal, la inducción de la ovulación, la IUI, la FIV y la ICSI. Estos portales son buenos puntos de partida para preparar mejor las consultas médicas.
SOP a lo largo de la vida — de la pubertad a la menopausia
El SOP acompaña a las personas afectadas durante décadas, pero no siempre con la misma intensidad. En la adolescencia predominan el acné, las irregularidades del ciclo y las preocupaciones sobre la imagen corporal. Más adelante, el deseo de tener hijos, el peso, la presión arterial y la glucemia pasan a primer plano. En la perimenopausia las hormonas cambian de nuevo: algunos síntomas disminuyen, mientras que otros, como los riesgos cardiovasculares, cobran más relevancia.
Un buen manejo del SOP es por tanto dinámico. El objetivo no es seguir un protocolo rígido de por vida, sino adaptar en cada etapa un equilibrio sensato entre estilo de vida, tratamiento médico y apoyo psicológico.
Salud mental — el SOP también supone un reto psicológico
El SOP no se reduce a los resultados de laboratorio. Estudios muestran una mayor prevalencia de síntomas depresivos, trastornos de ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria y descontento con la imagen corporal. Cambios visibles como el acné, el aumento del vello o el aumento de peso colisionan con los ideales sociales y pueden afectar mucho a la autoestima y las relaciones.
Conviene tener en cuenta la salud mental desde el principio. Conversaciones abiertas en el entorno personal, una buena comunicación médico-paciente, apoyo psicológico, asesoramiento nutricional, entrenamiento físico y grupos de apoyo pueden ayudar a ver el SOP no como un fracaso personal sino como un reto manejable. Una base psicológica estable aumenta las probabilidades de mantener a largo plazo las medidas médicas y prácticas en el día a día.
¿Cuándo deberías acudir al médico por sospecha de SOP?
Debes buscar consejo médico si tu ciclo es claramente irregular durante varios meses, tu menstruación falta más de tres meses o tienes sangrados muy escasos. También son señales de alarma la aparición reciente de hirsutismo, acné resistente, aumento de peso inexplicado, cansancio intenso o un deseo de embarazo no satisfecho durante más de doce meses —en personas de más de 35 años a menudo ya tras seis meses se recomienda consultar—.
Los síntomas agudos como dolor intenso en la parte baja del abdomen, dolor unilateral súbito, fiebre, problemas circulatorios o sangrados muy abundantes requieren atención médica inmediata. El SOP no puede diagnosticarse con seguridad por uno mismo. Una evaluación estructurada con anamnesis, análisis de sangre y ecografía es el paso clave para obtener claridad y diseñar un plan adecuado.
Conclusión — entender el SOP y manejarlo con autonomía
El SOP es frecuente, complejo y a menudo infradiagnosticado, pero hoy disponemos de mejores datos, guías actualizadas y múltiples opciones terapéuticas. Con una combinación de alimentación favorable a la glucemia, ejercicio regular, tratamiento farmacológico individualizado y seguimiento a largo plazo, muchas personas mejoran notablemente su ciclo, la piel, el metabolismo y la fertilidad. Es importante que te tomes el tiempo para conocer tu cuerpo, consultes fuentes fiables y formes un equipo de atención que te escuche y decida contigo. El SOP es una predisposición crónica pero muy manejable: cuanto mejor la conozcas y más se ajusten el tratamiento y la vida diaria a tu situación, más margen recuperarás para la salud, la planificación familiar y la calidad de vida.

