En todo el mundo, aproximadamente uno de cada diez bebés nace antes de la semana 37 de gestación. El parto prematuro es por tanto una de las principales causas de problemas de salud y mortalidad en la infancia. Esta guía explica de forma clara qué es un parto prematuro, qué señales de aviso se deben tomar en serio y cómo la medicina moderna protege hoy en día a los prematuros.
¿Qué es un parto prematuro?
Se habla de parto prematuro cuando un bebé nace antes de completar la semana 37 de gestación. Las sociedades científicas distinguen varios grupos porque el pronóstico y la atención difieren claramente.
| Categoría | Semana de embarazo | Características típicas |
|---|---|---|
| Prematuridad extrema | antes de la semana 28 | Inmadurez de todos los órganos, frecuencia de ventilación y monitorización intensiva. |
| Muy prematuro | semana 28 a 31 | Atención en una neonatología especializada, mayor riesgo de problemas cerebrales y respiratorios. |
| Prematuro moderado y tardío | semana 32 a 36 | A menudo solo observación breve, pero más frecuentes trastornos de adaptación, hipoglucemia e ictericia neonatal. |
En general: cuanto antes nazca un niño, más intensiva será la atención en el hospital y más importante será un seguimiento estructurado tras el alta.
Cifras y tendencias actuales
Se estima que la tasa mundial de partos prematuros lleva años rondando el diez por ciento de todos los nacimientos. En muchos países europeos es algo menor, pero el parto prematuro sigue siendo un tema central de la perinatología.
Organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y reportes como el informe «Born too soon» muestran que las tasas mundiales apenas han disminuido hasta ahora. Al mismo tiempo, la probabilidad de supervivencia ha mejorado notablemente gracias a una mejor atención en centros perinatales.
Causas y factores de riesgo: por qué nacen los bebés antes de tiempo
Un parto prematuro rara vez se debe a una sola causa. Normalmente actúan varios factores juntos y en algunos casos el desencadenante queda sin identificar. Entre los factores de riesgo más importantes se encuentran:
- Infecciones: por ejemplo vaginosis bacteriana, infecciones del tracto urinario o gingivitis no tratada.
- Embarazo múltiple y técnicas de reproducción asistida: gemelos o trillizos, especialmente tras FIV o ICSI, tienen un riesgo claramente mayor de parto prematuro.
- Insuficiencia cervical: un cuello uterino demasiado corto o que se abre prematuramente, por ejemplo tras una conización.
- Problemas placentarios: insuficiencia placentaria, desprendimiento prematuro o placenta de inserción baja.
- Enfermedades maternas previas: hipertensión crónica, preeclampsia, diabetes, enfermedades autoinmunes y renales.
- Estilo de vida: tabaquismo, consumo de alcohol o drogas, peso muy bajo o muy alto, alimentación desequilibrada.
- Factores sociales y psíquicos: elevado estrés, violencia, problemas económicos o escasa red de apoyo en el día a día.
Recomendaciones detalladas para evaluar estas constelaciones de riesgo pueden consultarse, por ejemplo, en las guías nacionales y en las recomendaciones del Ministerio de Sanidad o de las sociedades científicas.
Señales de aviso de un parto prematuro inminente
No toda contracción es peligrosa. No obstante, existen síntomas que siempre deben valorarse con rapidez en una consulta o en un hospital:
- Contracciones regulares y dolorosas antes de la semana 37 de gestación.
- Sospecha de pérdida de líquido amniótico o rotura prematura de membranas.
- Hemorragias vaginales, flujo marrón o de mal olor.
- Fuerte sensación de presión hacia abajo o sensación de que el bebé "desciende".
- Aclaramiento significativo del cuello uterino medido en la ecografía.
Complementariamente se emplean pruebas como la detección de fibronectina fetal o ciertos parámetros inflamatorios. Ayudan a estimar mejor el riesgo de parto en los días siguientes, pero nunca sustituyen la valoración clínica.
Prevenir el parto prematuro: prevención 2025
La prevención idealmente comienza antes de un embarazo planificado y continúa a lo largo de toda la gestación. Pilares importantes son:
- Preparación óptima: buen control de enfermedades crónicas, dejar de fumar y asesoramiento sobre la medicación ya antes de la concepción.
- Controles prenatales regulares: asistir de forma continua a las revisiones, incluyendo ecografías cervicales en situaciones de riesgo.
- Progesterona en caso de cuello corto: el progesterona vaginal puede reducir el riesgo de parto prematuro en embarazos únicos con cuello uterino acortado.
- Cerclaje o pesario cervical: en insuficiencia cervical marcada o abortos tardíos repetidos, el cerclaje o los pesarios de silicona estabilizan el cuello uterino.
- Detección y tratamiento de infecciones: tratar de forma sistemática las infecciones urinarias, la vaginosis bacteriana u otras infecciones reduce el riesgo de complicaciones.
- Estilo de vida saludable: dieta equilibrada, ejercicio dentro de las recomendaciones, sueño suficiente y reducción del estrés favorecen una gestación estable.
Muchos hospitales disponen de consultas específicas para embarazos de riesgo. Allí se pueden discutir riesgos individuales de parto prematuro y elaborar un plan personalizado.
Terapia aguda ante amenaza de parto prematuro
Si aparecen contracciones prematuras, sangrado o rotura de membranas, se trata de una situación urgente que siempre debe valorarse en un hospital. El procedimiento posterior se planifica de forma individual e puede incluir los siguientes elementos:
- Monitorización de la madre y el bebé: monitor cardiotocográfico (CTG), ecografía, analíticas y cultivos para el diagnóstico de infecciones.
- Tocolisis: fármacos para inhibir las contracciones como atosibán o antagonistas del calcio suelen retrasar el parto algunos días.
- Corticosteroides antenatales: betametasona o dexametasona favorecen la maduración pulmonar y de otros órganos, especialmente entre las semanas aproximadamente 24 y 34 de gestación.
- Sulfato de magnesio para neuroprotección: en partos muy prematuros el sulfato de magnesio puede reducir el riesgo de lesiones cerebrales graves.
- Traslado a un centro perinatal: siempre que sea posible, se traslada a la gestante a un centro con neonatología altamente especializada antes del parto.
Orientación proporcionan, entre otros, las recomendaciones de la OMS sobre corticosteroides antenatales así como las guías nacionales de las sociedades científicas.
Neonatología moderna y el papel de los padres
Los centros perinatales combinan medicina de alta tecnología con cuidados orientados al desarrollo. Entre sus medidas se incluyen:
- Conceptos de ventilación suaves con picos de presión lo más bajos posible para proteger el pulmón.
- Inkubadoras modernas con regulación estable de temperatura y control del ruido.
- Fomento sistemático de la leche materna, incluidas las bancos de leche y la adaptación individual de nutrientes.
- Estándares de higiene rigurosos y profilaxis de infecciones.
Al mismo tiempo, el vínculo entre padres e hijo juega un papel central. El método canguro (contacto piel con piel), la participación temprana de los padres en los cuidados y el apoyo psicológico ayudan a sobrellevar el periodo intenso en la unidad y favorecen el desarrollo del niño.
Secuelas a largo plazo y seguimiento estructurado
Muchos prematuros moderados o tardíos alcanzan, con un buen apoyo, una vida escolar y profesional normal. No obstante, determinados problemas de salud son más frecuentes en prematuros:
- Retrasos en el desarrollo fino y grueso de la motricidad.
- Problemas de visión y audición que requieren cribado periódico.
- Enfermedades respiratorias crónicas como displasia broncopulmonar o asma.
- Dificultades de atención y aprendizaje, en ocasiones acompañadas de cargas emocionales.
Muchos niños se benefician de programas interdisciplinarios de intervención temprana, por ejemplo a través de centros de pediatría social, fisioterapia, terapia ocupacional o logopedia. Es importante que las familias se mantengan vigilantes, comuniquen cualquier anomalía y busquen apoyo cuando sea necesario.
Investigación y perspectivas de futuro
Equipos de investigación de todo el mundo trabajan en nuevas posibilidades para predecir mejor los riesgos de parto prematuro y para atender con mayor seguridad a los prematuros:
- Biomarcadores y perfiles inmunitarios: pruebas sanguíneas que ayuden a identificar tempranamente riesgos individuales de parto prematuro.
- Enfoques del microbioma: estudios que investigan si determinados probióticos pueden reducir el riesgo de enfermedades intestinales graves como la enterocolitis necrosante (NEC).
- «Útero artificial»: sistemas experimentales que podrían proporcionar tiempo adicional de maduración para bebés extremadamente prematuros fuera del útero.
- Acompañamiento digital: apps y telemedicina para monitorizar más estrechamente embarazos de riesgo y detectar señales de aviso de forma precoz.
Apoyo para las familias de prematuros
Además de la atención médica, las familias de prematuros necesitan información fiable y apoyo psicosocial. Organizaciones como la European Foundation for the Care of Newborn Infants (EFCNI) ofrecen materiales informativos, listas de verificación y puntos de contacto para las familias. Muchos hospitales colaboran además con iniciativas para prematuros, asesoramiento de lactancia, servicios de psicología y centros de pediatría social para facilitar la transición al domicilio.
Conclusión
No es posible evitar todos los partos prematuros. Sin embargo, conocer los factores de riesgo principales, tomar en serio las señales de aviso y optar por una atención basada en guías en un centro perinatal experimentado mejora las probabilidades de un inicio de vida lo más estable posible. Un buen seguimiento y un apoyo adecuado ayudan a los prematuros y a sus familias a recorrer este camino paso a paso.

